El camino por recorrer
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Capítulo 11

Ir abajo

Capítulo 11 Empty Capítulo 11

Mensaje  Hikari Miér Sep 09, 2009 3:15 pm

Capítulo 11
Informes de un mundo perdido V






Aura abrió levemente los ojos. Se encontraba en una habitación diferente a la de Atlas.
Atlas: buenos días bella durmiente.
Aura: ¿eh?
Aura miró alrededor. La cama era enorme y los colores que predominaban eran el marrón y el verde por toda la habitación. Había un montón de macetas con florcillas y hierbajos, hiedra que crecía por las paredes y bolsas llenas de semillas de diversas clases.
Aura: ¿Pero qué es todo esto?
Atlas: La habitación de Inner... Llevas ya tres días durmiendo y...
Inner: ¡Mierda!
Inner estaba apoyado en el marco de la puerta con el ceño fruncido.
Inner: y yo que ya me hacía ilusiones pensando que estabas en un coma profundo...
Atlas carraspeó levemente mirando a Inner fijamente.
Inner: Si, si, ya lo se...
Atlas: “Si al hablar no has de agradar...”
Inner:...“Mejor será callar”... Ya no soy un crío Atlas ¬¬
Atlas: Pues lo pareces con ese comportamiento.
Inner: es una banshee
Atlas: Y tu eres verde ¿Y?
Inner se cruzó de brazos e hinchó los carillos con aire de enfado mientras que se alejaba por el pasillo balbuceando cosas sobre la discriminación y las injusticias de la vida.
Atlas: ¿Ves como es un niño grande?
Aura: Yo también estaría mosqueada si le hubiera tenido que ceder mi habitación a otra persona, especialmente si era persona no es del todo de mi agrado.
Atlas: No, si no es por eso, es que le gusta montar en numerito, el en realidad siempre duerme fuera, bien en la rama de un árbol o acurrucado entre la hierba.
Aura: Oh.
Entonces Atlas se levantó de la silla en la que se encontraba e hizo una leve reverencia.
Atlas: Si me disculpas tengo ciertos asuntillos que resolver de modo que estaré en mis aposentos, si necesitas algo...
Aura: gracias.
Dicho esto Atlas marchó hacia su cuarto. Tenía que responder a cientos de cartas que guardaba en su cajón, muchas de ellas eran sandeces y quejas, otras peticiones y tres o cuatro eran interesantes... Ojalá que hubiera alguna de los “cinco hermanos”... Nunca solían quedarse mucho de visita por desgracia. Pero trabajaba reparando naves y casi siempre estaba atareado, bien con reparaciones, bien construyendo sus propias naves, Cuando se codeaba con la gente adinerada y asistía a cenas y reuniones en casas y salones lujosos muy a menudo, Cómo llevaba un vida nómada y el hecho de permanecer tres días durmiendo en el mismo sitio era inconcebible para el... El primero en escribirle al día siguiente de partir siempre era Por qué. Este, al contrario que sus hermanos, no vivía en Imaginary, sino en los barrios bajos de Villa Crepúsculo, donde se junta toda la chusma y donde se encontraban los nidos de “vampiros” de la ciudad... obviamente, de vampiros de pega, de humanos que están mal de la olla y se creen vampiros, porque, en todos los largos años que Por qué llevaba acudiendo a esos antros aún no había encontrado a ningún vampiro de verdad, ni siquiera había sentido su aura...
Y como Atlas esperaba, ahí, entre todo ese montón de papeles había un sobre negro con la dirección del remitente escrita con tinta plateada y una estilizada caligrafía. Sin embargo, cuando fue a coger el abrecartas una brillante lucecita de color marrón golpeó el cristal insistentemente.
Atlas: ¿Pero qué...?
Atlas abrió la ventana y la lucecita marrón entró junto con una lila y otra gris que se movían a gran velocidad persiguiendo a la marrón. Finalmente, la marrón se metió en el bolsillo de la camisa de Atlas.
Atlas: Vellota, sal de ahí.
Vellota: ¡Socorro Atlas! ¡Protégeme! ¡Haraña y Zeniza me quieren matar!
Haraña: ¿Matar? ¡Matar es poco!
La lucecita lila brilló con mayor intensidad reflejando un profundo sentimiento de ira.
Haraña: ¡por tu culpa ese halcón casi se nos come!
Vellota: Pero los pollitos del nido eran tan monos...
Zeniza: Ya, pero si jugueteas en el nido la madre se altera.
Vellota miro con sus brillantes ojos verdes de hada y su carita de cordero degollado a Atlas.
Vellota: Atlas, ¡diles que yo no lo hice a posta! ¡yo solo quería jugar!
Atlas le devolvió la mirada a la hadita marrón con la cáscara de bellota en la cabeza y suspiro.
Atlas: Venga hombre, chicas, sabéis que no lo hace a posta.
Haraña: ¿a posta? ¡¿A posta?!
Zeniza la sujetó para que no se abalanzara sobre Vellota.
Haraña: ¡Casi nos comen por su culpa por enésima vez!
Vellota: ¡Ah! Atlas ayúdame... está loca... Me quiere matar...
Vellota se metió del todo en el bolsillo de la pechera de Atlas. Este suspiro, y agarrando a Vellota de las alas la saco del bolsillo.
Atlas: ¿tenéis algún mensaje para mi, o solo queréis que haga de mediador?
Entonces Zeniza, líder del grupo, se adelantó.
Zeniza: Lo cierto es que Zaynah quería verte urgentemente de nuevo...
Vellota comenzó a revolverse y a gritar entre los dedos de Atlas antes de que pudiera terminar la frase.
Vellota: ¡Hay nubes negras en el horizonte! ¡Da mucho miedo, Atlas!
Atlas la sentó sobre la palma de su mano y la acarició el pelo para intentar serenarla.
Atlas: ¿Como que nubes negras? Las nubes de allí son lilas o rosadas... Morado oscuro como mucho.
Haraña: pues han aparecido en el horizonte, de un día para otro.
Zeniza: Al principio había pocas, pero cada vez hay más, y parecen estar mas cerca.
Atlas suspiro una vez más. No había transcurrido ni una semana desde su última visita a ese lugar, y ya querían que volviera.
Atlas: Esta bien, me reuniré con ella lo antes posible. Podéis retiraros.
Y tras despedirse con un gesto de la mano las tres haditas salieron en la ventana y se desvanecieron en el cielo.
Atlas: Oh Iiiinner...
Entonces una cara verde de pocos amigos apareció detrás de la puerta a los pocos segundos.
Inner: ¿Que? ¬¬
Atlas: Humm..... Esto... Como te lo digo... Verás... Hay que volver, otra vez.
Inner arqueo una ceja.
Inner: ¿Estas de coña? ¡Si no ha pasado ni una semana!
Atlas: Lo se, lo se... pero no pueden vivir sin nosotros, ya lo sabes. Es por nuestra aura sexy y tal...
Inner arqueó una ceja e hizo una mueca a modo de sonrisa.
Inner: Buscaré mi chaqueta.
Atlas también buscó otra chaqueta y su corbata. Menudo dia les esperaba.


Inner: Repíteme por qué tiene que venir ella con nosotros.
Atlas se ajusto la corbata mientras que salía de la nave.
Atlas: Porque me gusta hacerte la vida imposible.
Inner:¿A parte de eso?
Atlas: A parte de eso... No se... ¿para hacer bulto?
Inner maldijo por lo bajo mientras que se acercaban a la puerta principal.
Zaynah: ¡Atlas!
Atlas: Heme aquí.
Zaynah corrió hacia el y le agarró con fuerza del brazo.
Zaynah: Acompáñame, por favor.
Inner se dispuso a seguir a Atlas, pero este le despidió con la mano.
Atlas: ¡Hala! daos una vueltecilla los dos, que en seguida vuelvo.
Inner: ¿estas de coña?
Sin embargo la maliciosa y perversa, a los ojos de Inner, sonrisa de Atlas llevaba escrito un claro NO entre los dientes, e Inner se sintió solo y abandonado cual perro al lado de Aura.
Aura: Hay que ver cuanto te quiere...
Inner: Te odio ¬¬
Aura: ¿Te apetece jugar a las cartas?
Inner: vale.


Atlas: Como sea alguna sandez Zaynah, te aseguro que...
Zaynah: Mira.
La mujer le empujó hacia el balcón y señaló hacia el mar.
Atlas divisó, tras estamparse contra la barandilla, a su izquierda sobre el mar una enorme masa de nubes negras que iba invadiendo el horizonte. Atlas palideció mientras miraba con la boca abierta hacia el horizonte señalando intensamente con el dedo.
Atlas: ¡Ay la ostia! ¡¿Qué es eso?!
Zaynah: No lo sé... pero ha ido creciendo más y más cada día.
Atlas seguía con la boca abierta mirando hacia el horizonte.
Zaynah: Toma.
Le tendió un vasito de whisky para reanimarlo. Atlas lo tomó y pegó un sorbo.
Atlas: Esto es serio...
Zaynah: Te lo dije.
Atlas: ¿Enviaste una patrulla de reconocimiento?
Zaynah: No... ¿y si es peligroso?
Atlas: Nunca lo sabremos si no lo comprobamos...
Zaynah suspiró. Su pelo cayó levemente sobre sus ojos.
Zaynah: Tengo miedo, nunca había visto algo así antes.
Atlas: Yo tampoco.
Atlas mintió. Bueno, no del todo, no lo había visto, pero sí había leído algo sobre ello...La nada, la oscuridad, la destrucción. Así fue como empezó todo la última vez, antes de la última invasión que sufrió el mundo.
Atlas: ¿Recuerdas la historia interminable?
Zaynah: Como olvidar la obra de uno de los habitantes de nuestro mundo.
Atlas: Pues busca las semejanzas de esta historia con esa...
Imaginary sufría una fuerte crisis, tan fuerte que incluso el mundo se resentía y su barrera se debilitaba ante los ataques de las criaturas de la oscuridad... No era la nada, eran los sincorazón, los incorpóreos y las otras bestias de su calaña... Aunque dada la naturaleza del asunto tenían más pinta de ser sincorazón...
Atlas tenía que hablar con Thessla... Tenía que hacerlo o el mundo comenzaría a desintegrarse de nuevo y a caer en la oscuridad...
Tener la corona de Imaginary no significa solo reinar, significa saciar el mundo, es como un bebé, hay que mimarlo y cuidarlo si no quieres que se muera.
Atlas se entristeció al pensar que su querido mundo fuera a desvanecerse por el orgullo de una arrogante y mimada niñata.
Zaynah: Atlas...
Todos por su culpa, si la hubiera educado mejor, en la moral adecuada, si hubiera sido más estricto con ella, si no le hubiera consentido todo...
Zaynah: Atlas, tranquilo.
Sin darse cuenta había agrietado el vaso de whisky que sostenía, y la otra mano le dolía por lo fuerte que había cerrado el puño. Abrió la mano y vio las marcas de las uñas sobre la piel.
Atlas: Lo siento, repondré el vaso...
Zaynah: Pensabas en Thessla, ¿no?
Atlas agachó la cabeza y asintió levemente.
Atlas: Me molesta el hecho de depender de ella, de necesitarla para que este mundo salga adelante pese a su actitud de no colaborar.
Zaynah: Amotinémonos pues. ¡Obliguemos a esa mujer a abdicar!
Atlas: ¿Aunque eso signifique una guerra civil? ¿Matándonos unos a otros?
Zaynah no dijo nada ante la escalofriante idea.
Atlas: Además, aunque hubiera una revolución, una guerra o lo que rea, no puede gobernar cualquiera.
Zaynah: Ya, tiene que ser alguien capacitado y...
Atlas sonrió levemente y cortó la frase de Zaynah.
Atlas: ni siquiera eso. Puede tocarle incluso al tonto del pueblo...
Zaynah: no lo entiendo.
Atlas: ¿Recuerdas la ultima guerra civil que hubo por el tema de la sucesión no hace mucho?
Zaynah: No había nacido pero he oído cosas.
Atlas: Surgió por que le tocaba reinar al tercer hijo del rey estando los otros dos vivos...
Zaynah: Si..Pero.. ¿Por qué le tocaba reinar a el?
Atlas: Porque es el mundo el que elige a su monarca.
Zaynah: ¿Cómo?
La cara de Zaynah era un cuadro.
Atlas: Cuando la persona que gobierna muere, al sucesor, sea quien sea, le sale como...Una marca en el cuerpo.
Zaynah: ¿Como que una marca?
Atlas: Una especie de corazoncito o una florecilla de seis pélalos en el caso de las mujeres.
Zaynah: ¿Y Thessla tiene tal marca?
Atlas: En el lado derecho de la cadera.
Zaynah: ¿Y tu como sabes esas cosas, pervertido?
Zaynah sonrió con malicia y Atlas le devolvió el gesto.
Atlas: Porque llevo bañándola y aseándola prácticamente desde que nació.
Zaynah: Eso explica ciertas cosas...
Atlas: Por eso es por lo que no puede reinar otra persona hasta que ella se muera, o hasta que el mundo deje de verla capacitada...O también si ella le cede el puesto a alguien...Pero ella nunca lo hará...Lo se bien, la conozco.
Permanecieron unos instantes en silencio .Zaynah se sentó sobre una butaca cercana y apoyó la cabeza entre sus manos. Atlas miró, se sentó junto a ella y comenzó a trenzarle el pelo.
Zaynah: Sabes que odio que hagas esto...
Unos amenazantes ojos fríos fulminaron a Atlas, pero este ya estaba acostumbrado a esas miradas en el fondo inofensivas.
Atlas: Sabes que adoro como te quedan.
Zaynah gruñó, pero dejó que le hiciera las trencitas.
Atlas: ¿recuerdas cuando eras pequeñita? Ibas tan mona con tus trencitas...
Zaynah: eran incómodas y me daban latigazos en la cara cuando hacía movimientos bruscos.
Atlas: Pero ibas tan mona y eras tan dulce y adorable con todo el mundo.
“Si, antes de que te volvieras una engreída, una egoísta y una asquerosa cerda rastrera...” Pensó Atlas para si. “Fría e impasible ante el sufrimiento o las desgracias ajenas, buscando el propio beneficio única y exclusivamente en cada situación...”
Zaynah: era pequeña, ingenua y no tenía responsabilidades ni deberes.
“si, ya.”
Atlas: Tenerlos los tenías... Una cosa es que los cumplieras.
Zaynah: ¿De veras? ¿Y cuando no he cumplido yo con mi deber, eh?
Atlas: Cuando te estampaste conmigo en vez de prestarle atención a tu maestro de esgrima.
Zaynah: Eso fue un accidente.
Atlas: Si...Un accidente doloroso, me pegaste un cabezazo en el estómago.
Zaynah: Me tropecé.
Atlas: Ya, ya... Eso o una de tus trencitas te dió un latigazo en el ojo y no te dejaba ver por donde ibas.
Zaynah le miró con el ceño levemente fruncido.
Atlas: encima se me mancharon los pantalones por tu culpa.
Zaynah: Oh, perdone usted, que si se le manchan los pantalones de seda al nene le da algo.
“El ataque de la vena sarcástica...”
Atlas: Eran muy bonitos...
Zaynah: Llevas varios años vistiendo con el mismo traje...
Atlas: Error, en total tengo setenta y ocho trajes distintos, que la mayoría sean muy parecidos y del mismo color no significan que sean el mismo.
Ahí quedó la conversación mientras que Atlas terminaba la trencita que estaba haciendo. Cuando iba a coger otro mechón Zaynah le interrumpió girando la cabeza hacia el.
Zaynah: ¿Atlas?
Atlas: ¿Uh?
Zaynah: ¿Has hablado con Thessla?
La expresión en el rostro de Zaynah volvía a ser tan dulce y amable como al principio de la conversación, con un leve brillo de preocupación en la mirada.
Atlas: No... Y me va a ser muy difícil conseguirlo... Ella no quiere hablar conmigo.
Zaynah: Tsk que lástima.
Atlas: Quizá si llego a la pequeña... Aunque tampoco me apetece involucrarla demasiado... Es cosa de Thessla... De momento este asunto no tiene nada que ver con ella... Además... Parece feliz con el tipo de vida que le ha dado ese greñoso pelo pincho.
Zaynah: ¿Axel?
Atlas: Ajá.
Zaynah: ¿Sigues con tu recelo hacia el pelirrojo?
Atlas: No, en verdad salimos todas las tardes a tomarnos unas cervecitas en el bar de enfrente ¬¬
Zaynah: ¿Y qué hay de Thessla?
Atlas: Sigue llevando una vida incompleta... Como siempre... Busca emociones fuertes y la embriaguez del alcohol y va pasando de un hombre a otro buscando algo que la llene...
Zaynah: ¿Y lo encuentra?
Atlas: Al igual que siempre, no.
La voz de Atlas sonó rotunda y seca.
Atlas: Thessla no hace más que engañarse a si misma, finge que es feliz con una vida sin responsabilidades y haciendo lo que quiere, llevando en muchas ocasiones una conducta autodestructiva...
Atlas suspiró y dejo sobre la mesa el vaso.
Atlas: Meditaré sobre el asunto, si tienes nuevas noticias avísame. Tengo que irme.
Zaynah: Atlas...
El hombre se detuvo en su camino hacia la puerta.
Atlas: ¿Si?
Zaynah: Quería... Comentarte otra cosa antes de que te fueras.
Atlas: Soy todo oídos.
Zaynah jugueteó con su pelo mientras que se deshacía las trenzas.
Zaynah: Se trata de la fiesta anual... Es dentro de muy poco...Y con esas nuves no se si...
Atlas: A lo mejor no son peligrosas, creo que lo mejor sería continuar como si nada... Para una fiesta que hay no vamos a estropearla ¿No crees?
Zaynah asintió.
Zaynah: Veamos como evoluciona la situación.
Atlas: Es lo mejor que se puede hacer, lo que menos necesitamos es que el temor se extienda por la gente que vive aquí.
Zaynah asintió de nuevo. Atlas giró el picaporte
Atlas: Hasta la vista Zaynah.


Inner: No voy...
Aura: je, je.
Atlas: nos vamos.
Inner y Aura le miraron desde el techo de la nave mientras que jugaban al strip pócker y parecía que de momento Aura iba ganando...
Atlas: Inner... Ponte los pantalones indecentes, que es una niña.
Atlas dijo esto conteniéndose la risa al ver a su amigo en semejante situación tan humillante.
Inner: Cierra la boca maldito ¬¬
Aura: Oh Inner, con lo sexy que estás en calzoncillos
Inner: ¡Maldita depravada! ¡Revuélveme mi ropa!
Aura: O si no ¿qué?
Inner: O si no...
Atlas: Aura, devuélvele su ropa, Inner, deja a la niña en paz, te ha desnudado legalmente y no puedes alegar nada en tu defensa.
La cara de Inner con la boca abierta mirando pasmado a Atlas no tenía precio.
Y tras coger su ropa, entró el primero en la nave maldiciendo por lo bajo obscenidades contra las madres de los otros dos.
Hikari
Hikari
Admin

Cantidad de envíos : 231
Localización : En mi campo de flores de papel...
Fecha de inscripción : 16/02/2009

https://elcaminoporrecorrer.forosactivos.net

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.