Capítulo 32

Capítulo 32
Caníbales trogloditas



Yo grité, rogué y pataleé para que me dejaran matarla. Miré de nuevo a Larxene. Estaba en la otra punta de la habitación, acosada por las chicas, que habían aprovechado que Larxene estaba en el suelo para lanzarse sobre ella.
Héctor me agarraba los brazos con fuerza y me aplastaba contra el suelo.
Héctor: ¡Hikari tranquilízate!
Hikari: ¡NO, NO PIENSO HACERLO! ¡ESA ZORRA LA HA MATADO! ¿¡LO ENTIENDES!? ¡¡¡LA HA MATADO!!!
Héctor: ¿¡JODER YA LO SE Y QUÉ QUIERES QUE HAGA!?
Hikari: ¡¡¡DÉJAME MATARLA!!!
Héctor: ¡NO!
Hikari: ¡SUELTAME!... ¡¡¡DÉJAME MATARLA!!!
Héctor: ¡TU NO ERES ASI!
Hikari:¡¡¡ SI LO SOY!!!
Héctor: ¡BASTA!
Hikari: ¡¡¡NO, NO PIENSO CALLARME!!!
Héctor: HE DICHO BASTA ¡¡¡CIERRA LA PUTA BOCA!!!
Me quedé pálida. Héctor nunca me había hablado así. Me tiré al suelo y me puse a llorar con la cara tapada entre mis manos. No se que me dolía más…Todo el mundo estaba en mi contra… ¡TODO!
Héctor se calma un poquito. En ese momento mi orgullo comenzó a actuar. Intentaba con todas mis fuerzas parar de llorar sin obtener a paenas resultado.
Héctor: Oye Hika lo siento…No quería haberte gritado…
En ese momento empecé a desvariar…
Hikari: ¿Por qué se empeñan en destruir todo lo que aprecio?¿Por qué? No debería haber atravesado la primera puerta…No…Las llamas deberían de haber carbonizado mi cuerpo…
A penas me salía un hilito de voz.
Hikari. Sola, estoy completamente sola…ya nada importa, nadie me extraña…quiero morir…
Héctor: ¿! Pero tu eres tonta o subnormal!?
Hikari: Ya no me importa nada, mátame…
Héctor: Mira tía, ni soy un psicópata ni un caníbal ni nada por el estilo. Además no quiero tener cargos de conciencia.
Hikari:…
Héctor: mira Hikari, Andrés está muerto, Efrén también lo está. Eran mis mejores amigos y los perdí y no me he cogido una depresión suicida. Sigo aquí viviendo un día más para poder vacilarte un poco .
Hikari: Héctor… ¿¡NO LO ENTIENDES!? PG ERA COMO UNA HERMANA PARA MI ¡TU TIENES PADRE, MADRE Y TRES HERMANOS! ¿¡Y YO QUÉ!?
NADA ¡ABSOLUTAMENTE NADA!
Cogía Héctor de los hombros y los zarandeé.
Hikari: No te imaginas cuan afortunado eres…La única persona con la que he tenido relaciones casi familiares es ella… ¡ERA!
Héctor: Hikari para eso estamos nosotros, nosotros también somos tu familia
Hikari: …
Héctor…Un tío que se dedicaba a vacilarme y de vez en cuando a hacerme la puñeta… En verdad aún no me creo que esas palabras de consolación hayan salido de su boca…
Larxene: ¡Basta!
La tranquilidad de nuestra pequeña atmósfera se fue a la mierda con los gritos de Larxene. Los dos giramos la cabeza en dirección a Larxene. Estaba rodeada por la chicas. No tenía muy buen aspecto. Estaba claro que la habían pillado en un momento débil.
Larxene: Arggg ¡Caníbales! ¡Trogloditas! ¡Fuera! ¡Atrás! ¡Lejos!
Héctor me cogió del brazo al ver que iba a abalanzarme de nuevo sobre ella.
Héctor: Si no nos das la carta la suelto
Le lancé a Larxene una de mis más asquerosas miradas. Volvía a estar llena de ira.
Larxene: O.o
Larxene buscó rápidamente en sus bolsillos.
Larxene: Vale, vale, aquí esta… Pero no la sueltes
Larxene nos lanzó la carta y se acarició el hombro. Esa carta no valía ni un pequeño ápice de lo que valía la vida de PG. Tengo auténticas ganas de llorar pero me contuve. El orgullo vuelve a triunfar.Mi mundo poquito a poco comienzaba a venirse de nuevo abajo…Miré de nuevo a Larxene, en su cara se refleja algo insólito... ¿culpabilidad? Bah…
Nos dirigimos hacia la siguiente puerta pero entonces.
Larxene: ¡Eh! Esperad
Todos: ¿?
Larxene vacila durante unos instantes y luego nos lanza otra carta. En ella aparecen dibujadas dos alitas blancas bajo un aro dorado.
Rakildis O.o ¿Qué es esto?
Larxene: Bueno…Es una carta especial… Os permitirá volar, literalmente, durante un tiempo…Consideradlo…como algo extra por llegar hasta aquí…
Larxene desapareció dejando en el suelo un pequeño charquito de sangre.