El camino por recorrer
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Capítulo 28

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Mensaje  Hikari Mar Feb 16, 2010 8:15 pm

Capítulo 28
Hay una carta para ti





De repente se oyó un grito de alguien que parecía ser Larxene. Eran poco más de las siete y media de la mañana. Abrí la puerta de mi habitación, a la cual finalmente fui tras encontrar el sofá incómodo, y me encontré con Axel en pijama en el pasillo frente al cuarto de Yexhana. Era muy cutre, de cuadritos rojos y negros.
Hikari: ¿Tu tamben lo has oído?
Axel: Creo que venía de aquí…
La puerta de la habitación estaba entreabierta. Axel la abrió pero al instante la cerró de golpe con un portazo. Sangre, todo lleno de sangre… fue lo único que vi.
Miré a Axel. El pelirrojo estaba blanco como la leche con la boca ligeramente abierta. Tragó saliva y luego me miró.
Hikari: ¿Axel?
Axel: Ve a llamar a Frixen y mantente alejada de la habitación ¡No entes bajo ningún concepto! ¿Entendido?
Xigbar: ¿Qué pasa?
Una cabecita con un parche y una melena canosa y enmarañada se asomó por la puerta con aire somnoliento.
Demyx: ¿Por qué hay tanto ruido?
Demyx salió de su cuarto con su pijama azul, la almohada en el brazo izquierdo y frotándose los ojos.
Thessla: ¿Qué pasa Axy? Estas muy pálido…
Axel: Hay problemas chicos, mirad ahí dentro.
Demyx, el más cercano al cuarto de Yexhana se asomó tímidamente al otro lado de la puerta. Entonces profirió un desgarrador grito de pánico y toda la organización se situó en torno a la puerta.
Axel y Xigbar se aventuraron a entrar en la habitación. Al cabo de dos minutos salieron cargando entre los dos a Larxene, la cual estaba inconsciente inconsciente. Si Larxene estaba ilesa y era la habitación de Yexhana….Dios mío… Los hombres dejaron a Larxene en su respectivo cuarto bajo el cuidado de Frixen.
Hikari: ¿Axel?
El pelirrojo me miró. Aun seguía pálido cuando volvió aunque parecía más sereno. Ya toda la organización había pasado al dormitorio de Yexhana. Saïx y Xaldin eran los únicos que se habían quedado dentro en lugar de salir con las caras pálidas. Al poco tiempo se les unió Frixen en su investigación en la sala.
Hikari: ¿Qué ha pasado?
Axel: Si te lo cuento ¿Prometes no pasar a verlo con tus propios ojos?
Asentí con la cabeza. Me gustan las pelis gore, pero no en vivo. Axel suspiró, miró hacia la puerta de Yexhana y volvió la cabeza hacia mí.
Axel: Yexhana esta muerta, se ha suicidado, al perecer, clavándose unas tijeras en el cuello.
Me quedé petrificada unos instantes. Esa conversación de ayer…
Ahora todo cuadraba, todo tenía sentido. Yo le incite a que se suicidara, le dije que preferiría el suicidio…
El corazón me latía deprisa mientras que recordaba todo lo que hablamos ayer. Posiblemente yo había sigo con la última persona a la que había hablado en su vida, a la que le confesó sus planes disimuladamente.
Frixen entonces salió de la habitación de Yexhana y se acercó hacia el grupo de gente que inundaba el pasillo.
Frixen: Es para Larxene.
Dijo mientras que extendía el brazo dejando ver un sobre blanco.
Xaldin fue el que se adelantó para cogerlo.
Xaldin: ¿Lo has leído?
Frixen: ¿No ves que está cerrado?
Marluxia: ¿Y ahora que hacemos?
Frixen: Esperar a que Larxene despierte.
Zexion: ¿Y el cuerpo?
Frixen: Si a Vexen le apetece podríamos hacerle los dos un reconocimiento antes de enterrarlo como es debido, no podemos hacer más.
Todos los presentes guardaron silencio. Después de un rato Thessla fue la primera en volver a si cuarto. Poco a poco el pasillo se fue vaciando de gente. Yo acompañé a Frixen y a Axel hasta donde estaba Larxene. Yacía dormida en la cama con una expresión inocente en el rostro ¿Cambiaría esa expresión si la despertaba y le contaba mis inquietudes y mi posible responsabilidad por la muerte de Yexhana?
Si.
Mejor cerrar la boca.
Miré a través de la ventana del cuarto de Larxene mientras que Axel y Frixen hablaban entre susurros. Comenzaba a amanecer, el horizonte se tenía de colores rojizos y anaranjados mezclados con nubes rosas. Era hermoso, realmente bonito. Pensé en todos los amaneceres que podrían quedarme y de los poco que iba a disfrutar realmente, como el de hoy. Pasados un par de minutos, cuando el sol ya podía verse perfectamente sobre el horizonte, Larxene comenzó a despertarse. Primero se revolvió un poco y luego abrió débilmente los ojos.
Frixen: ¿Cómo te encuentras?
Larxene nos miró a Axel y as mí y por último a FR antes de decir palabra alguna.
Larxene: No ha sido una pesadilla ¿verdad? Yexhana…
Frixen asistió y los ojos de Larxene se oscurecieron, pero no dijo nada, ni siquiera se inmutó.
Frixen: Te dejó esto.
Frixen cogió el sobre y se lo tendió a Larxene. Esta lo examinó minuciosamente antes de cogerlo. Entonces lo abrió y leyó la carta que había en su interior. Durante esos momentos de silencio en los que Larxene leía su carta todos mirábamos fijamente su rostro, escudriñando sus facciones en busca de alguna pista para saber que ponía en la carta. Larxene finalmente apartó la vista del papel pero no nos miró a nosotros.
Larxene: Dadle esto a Xemnas, quizá encuentre algo de utilidad…Ahora dejadme sola.
Axel me sacó lentamente de la habitación empujándome con una mano en la espalda mientras que en la otra sujetaba la carta. Una vez que cerramos la puerta de la habitación Frixen se fue a los pisos de abajo y Axel y yo nos quedamos solos en medio del pasillo.
Hikari: No te importa si leemos la carta ¿Verdad?
Axel se encogió de hombros y puso el papel entre los dos para que yo también pudiera leer. La carta decía así:


Mí querida Larxene:

Como sabes he sido bendecida con un don: desde pequeña he podido ver mi propio futuro y el de las personas que me rodeaban si me concentraba lo suficiente.
Lo se todo.
Y lo cierto es que nunca le dije todo a Xemnas, los detalles me los llevaré conmigo a la tumba.
Pero mi querida Larxene, siento confirmarte que nuestro tiempo vital se agota, el de todos.
Se que es una frase muy dura y difícil de asimilar, pero todos vamos a morir.
Obvio, si, pero no como muere una anciano al final de sus días, sino prematuramente.
El artífice de nuestra destrucción será precisamente aquel al que tiempo atrás pretendíamos controlar.
Los planes se truncarán.
Todos los errores posibles se cometerán.
Será una muerte lenta, dura, dolorosa, fría, humillante…
Está tan cerca y yo en estos momentos tan lejos de ti para protegerte…Pero de nada serviría, tarde o temprano yo ya no estaría y la situación sería la misma.
Para algunos de tus compañeros el destino guarda ciertas sorpresas especiales, cosas que no pienso revelar en esta carta cuyo contenido acabará tarde o temprano siendo de dominio público, no.
No sufras por mí, sufre por ti. Si lo mío es horrible espera a ver lo que vendrá después.
Siento ser tan cobarde y no quedarme para afrontar esas situaciones difíciles contigo, como siempre dije que haría. Espero, mi amor, que consigas perdonarme y que mi recuerdo siga siempre vivo en ti.
Con amor de aquella que te seguirá amando tras la vida





Yexhana.
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