El camino por recorrer
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Capítulo 25

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Mensaje  Hikari Mar Feb 16, 2010 8:13 pm

Capítulo 25
CANDY-MAN





Cuando me desperté por la mañana aún no había amanecido. Permanecí unos instantes embobada mirando las formas que formaba la luz de las farolas al colarse por los agujeritos de las persianas. Esa noche no había soñado. No me agradaba del todo la idea de no recordar mis sueños, pero que se le va a hacer.
Me incorporé y salí de a cama. Llevaba puesto una camiseta enorme de Edward que hacía las veces de camisón. Cogí mi ropa del día anterior y me la puse. Bajé silenciosamente las escaleras hasta el piso inferior. Eran las seis y media de la mañana.
Me tumbé sobre el sofá con los brazos cruzados tras la cabeza.
Hablando de sueños, el tipo del traje blanco… No le había contado a Axel nada respecto a aquello. Si tan solo no estuviera haciendo misiones todo el día… Aunque también mencionó a Thessla.
Me incorporé de golpe del sillón.
¡Thessla quizá si que podría ayudarme!
A lo mejor estaba en su casa, aunque a estas horas.
Puse la tele y me quedé acurrucadita en el sofá hasta que fueron las ocho y cuarto, una hora un pelín más razonable. Cuando salí de casa de Dex las calles aún dormían, carecían de toda esa actividad a la que yo ya estaba acostumbrada a ver.
Entré en la casa con sigilo por si acaso. Sin embargo en cuanto cerré la puerta Thessla me saludó desde la cocina.
Thessla: ¡Ey! ¿Dónde estabas? Últimamente hace mucho que no nos vemos.
Hikari: Pues por ahí supongo.
Thessla: ¿Con el señorito cara-colador?
Hikari: Es majo, a su manera. ¿Qué haces a estas horas despierta?
Thessla: He quedado ¿Y tú?
Hikari: No podía dormir. Hablando de dormir…
Thessla: ¿Si?
Hikari: Hace poco…
Thessla. ¿Si?
Hikari: Soñé con algo que…
Entonces me quedé unos instantes mirando los azules ojos de Thessla. Volvieron a mi cabeza las palabras que me dijo no hace mucho:
“Y si ves a un tipo con un traje blanco y ojos azules… Corre, simplemente corre, no dejes que te alcance…”
No creo que simplemente fuera casualidad que el hombre de mi sueño fuera de blanco…
Thessla: ¿Qué que?
Hikari: uhm…
Vacilé unos instantes antes de volver a hablar.
Hilari: Thess… ¿Qué teníamos antes de entrar en la organización?
Thessla palideció ante mi pregunta.
Thessla: Yo… ¿A qué te refieres?
Hikari: Tú y yo… éramos algo especial ¿Verdad?
Thessla me sostuvo la mirada unos segundos. Acto seguido se llevó las manos al cuello y se quitó un medallón con forma de corazón.
Thessla: ¿’Reconoces esto?
Thessla dejó el medallón sobre mis manos.
Hikari: No se porqué lo asocio a una palabra que empieza la letra “i” a la cabeza… Pero no consigo recordarla.
Thessla: Imaginary.
Hikari: ¿’Eh?
Thessla: Ese es nuestro mundo natal, Hi. Tú y yo somos de la realeza, vivíamos en un mundo precioso, en un enorme castillo. Después de que nuestros padres murieran yo he pasado a ser su reina y tú su princesita.
Me quedé acariciando el corazoncito, pensando en el sueño que tuve no hace mucho.
Hikari: ¿Cómo era ese lugar?
Thessla: ¿Qué como era? Majestuoso. Con su enorme castillo, su cielo púrpura y su enorme campo de flores de papel.
No pude evitar que una lágrima silenciosa me resbalara por la mejilla.
Thessla: ¡Ey! ¿estás bien?
Hikari: ¡No! ¿Porqué yo lo he olvidado y tú no?
Thessla: No tengo ni idea. Supongo que, dado que no has estado nunca allí, el mundo de ha olvidado de ti y tú de él….
Pero todo era demasiado extraño.
En ese sueño… mi imagen me echaba en cara haberla perdido, haberla olvidado. Lo había hecho, en mi cabeza no quedaba ni rastro de memoria de mis días antes de la organización.
Entonces lo recordé, fue como ir tirando poco a poco de un hilito y de repente dar con toda la madeja. Recordé todos los lugares que había visitado en el sueño, simplemente porque ya lo había visto antes.
Y antes tenía sueños con ese lugar, prácticamente todas las noches.
A eso se refería mi yo del sueño…
La había perdido a ella, a mi yo pasado, mis recuerdos…
¿Cómo había podido olvidarme de ello?
Quizá el nombre de Castillo del Olvido no se lo hayan puesto porque quedaba más guay
¿Y si realmente me había hecho olvidar poco a poco todo?
Tal vez eso es de lo que Axel se arrepentía en mi sueño.
El hombre de blanco dijo que Thessla estaba en contra, de modo que ella también lo sabe.
Thessla me acarició el pelo.
Thessla. ¿Estás bien?
Hikari: Un poco confusa….
Thessla me hizo una trencita tras la oreja.
Hikari: ¿Y que pasó?
Thessla: ¿Qué pasó de que? Haz preguntas concretas mujer.
Hikari: ¿Por qué murieron? Nuestros padres…
Thessla: Hi, tengo que irme.
Thessla me cogió de la barbilla y me hizo mirarla a los ojos.
Thessla: Pero te prometo que cuando vuelva hablaremos de todo lo que quieras ¿Vale?
No te vas por eso, te vas porque no quieres hablar de ello, siempre te vas cuando no quieres hablar de algo.
Thessla: No he oído un vale
Hikari: Vale…
Thessla. Así está mejor.
Me besó con dulzura en la frente, se incorporó y tras ponerse su chaqueta salió a la calle.
Me quedé en su casa sola.
Hikari: Imaginary…
Entonces sonó mi móvil.
Me acerqué hacia él y al ver la pantalla no puede evitar sonreírme. Descolgué e teléfono y contesté.
Hikari: ¿Si?
Dex: ¿Dónde estás?
Hikari: He venido andando esta noche a mi casa, soy sonámbula ¿sabes?
Dex: Ja, ja, ja, ni puta gracia, que susto me has dado.
Hikari: ¿Por qué? ¿Qué me va a pasar, tonto?
Dex: Yo que se… Antes he ido a tu puerta, llamé y como no contestabas pues entré y no estabas en la habitación, ni en el baño, ni en la casa y…
Hikari: Estoy bien pequeño paranoico, tenía que hablar con mi hermana.
Dex: ¿Tan temprano?
Hikari: ¿Nunca te has despertado por un problema en mitad de la noche?
Dex: Si…
Hikari: Pues eso, necesitaba verla
Dex: Y… ¿Ahora estás libre?
Hikari: Depende para que.
Dex: ¿Un chocolate con churros de desayuno?
No puede evitar que se me cayera la baba cuando dijo eso.
Hikari: ¿Cuándo y dónde?
Dex: Uhm… No se… ¿En tu casa en diez minutos?
Me costó ceder a darle la dirección, pero no puede resistirme al chocolate. Al cabo de diez minutos justos me sobresaltó el timbre de la puerta.
Hikari: ¿Quién es?
Dex: Soy yo
Hikari: ¿Qué vienes a buscar?
Dex: A ti.
Hikari: Ya es tarde
Dex: ¿Por qué?
Hikari: Porque ya no tengo ganas de desayunar.
Dex: Anda, abre la puerta.
Dejé pasar al pelo pincho, el cual venía con una mochila negra a la espalda y en las manos un enorme termo y una bolsa de papel que desprendía un delicioso olor.
Dex: ¿Dónde dejo esto?
Hikari: En la cocina.
Ambos fuimos allí. Saqué dos tazas y un par de platos mientras que Dex dejaba las cosas sobre la mesa de la cocina.
Dex: Que casa mas cool
Hikari: Es de mi hermana, ella hace la decoración.
Dex: Oh.
Dex se sentó es una de las banquetas de la cocina esperando a que le acompañara.
Dex: ¿Dormiste bien anoche?
Hikari: Perfectamente.
Dex: Eso está bien.
El pelo-pincho sirvió en las dos tazas el chocolate que llevaba en el termo.
Dex: ¿Qué te apetece hacer hoy?
Hikari: ¿Hoy?
Dex: Si no tienes ya planes claro.
Hikari: No, descuida. Pues… No se.
Dex: Rancia.
Fruncí el ceño mientras que cogía uno de los churros de la bolsa.
Hikari: Bueno, en ese caso… Tú eres de aquí ¿no?
Dex: Mas o menos
Hikari: Quiero decir, ¿conoces la zona?
Dex: Como la palma de mi mano.
Hikari: Entonces podríamos dar un paseíllo por ahí.
Dex: ¿Cogiditos de la mano como una feliz pareja?
Dex se tiró al suelo y me cogió de las manos mientras que me miraba con ojitos brillantes.
Hikari: No.
La felicidad en él desapareció hasta de su alma con mi negativa.
Dex: Oh, vale, está bien, supongo que también puede hacerse como coleguitas.
Hikari: Eso ya me gusta más.
Dex: ¡Entonces seré el mejor guía que hayas conocido nunca! ¡Un tour completo y detallado de las mejores zonas de la ciudad! A parte del distrito de tiendas “cool” que ya conocemos.
Sonreí mientras que le pegaba el último sorbo al chocolate.
Dex recogió la mesa a regañadientes mientras que yo me cambiaba de ropa.
Hacía bastante frío en la calle.
Me tapé la nariz y la boca con la bufanda de color negro, me la había dejado el pelo pincho en el momento que estornudé a los diez minutos de salir. Olía a él. Dex llevaba puestas sus enormes gafas de sol pese a que el cielo estaba completamente nublado. Ahora que sabía para que eran tampoco me extrañaba.
Las tiendas comenzaban a abrirse mientras que cruzábamos las calles
Hikari: ¿A dónde vamos?
Dex: Al paraíso.
Hikari: En serio.
Dex: Al centr0o, desde ahí ya veremos para dónde tiramos. Hay un sitio bastante chulo frente a una vieja mansión, también hay un par de parques, pero están muy lejos.
Hikari: ¿Y luego?
Dex: Podemos coger el tren local e ir a la otra punta de la cuidad o ir por los subterráneos o… No se, como gustes.
Hikari: He oído que hay playa.
Dex: ¿Estás loca? ¿Con este tiempo? Y mira que me cuesta mucho rechazar la oportunidad de verte en bikini ¡eh!
Hikari: Imbécil...
Dex se rió entre dientes. Llegamos a la llamada plazoleta del tranvía. Había tres de tiendas chiquititas. A la derecha estaba la entrada de los subterráneos, exactamente la número cuatro. Había un pavimento especial que recorría la plaza, lo cual indicaba que por ahí circulaban también los tranvías.
Dex: Uhm…
Hikari: ¿Que?
Dex: Que está todo muy tranquilo
Hikari: Es muy temprano
Dex: No, no es eso, por esta zona suele haber algo de gente…
Entonces oímos un grito y acto seguido una mujer vino corriendo hacia nosotros. Iba seguida de unas criaturas extrañas que estaban apunto de darle alcance.
Dex: ¿Sincorazón? ¿Aquí?
Dex se quitó bruscamente la mochila y abriéndola, sacó un bate de baseball pintado como un bastoncillo de caramelo en el que se leía “CANDY-MAN”
Dex: Quédate detrás…
Dex me lanzó la mochila y me quiñó el ojo.
Dex: Y cuídame esto.
Hikari: ¡Espera!
Dex salió corriendo y golpeó al que estaba más cerca de la mujer, reteniéndolos mientras que ella escapaba. Eran rojos y negros, con un sombrerito amarillento. Flotaban alrededor de Dex dibujando órbitas irregulares. Era la primera vez que veía unos como esos, quizá por eso no los había reconocido. La mujer pasó corriendo a mi lado. Yo sujetaba la mochila como una estúpida mientras que Dex golpeaba a los sincorazón con su bate y todo por no traer mi espada... Entonces uno de ellos se quedó quieto a sus espaldas y creó una bola de fuego. Cogí el termo de la mochila y eché a correr tras ponérmela en la espada. Llegué a tiempo para desviar la trayectoria de la bola de fuego y salvar la nuca del pelo pincho.
Dex: Te dije que te quedaras detrás.
Hikari: ¡Encima de que te ayudo!
Dex: No te he pedido ayuda
Hikari: Eso no quita que la necesitases
Era bastante peculiar luchar con el arma que me había agenciado, pero en poco tiempo Dex le asestó un par de golpes contundentes a los dos que quedaban, los cuales de deshicieron en el aire dando fin a la batalla.
Hikari: ¿Qué narices…?
Dex: Sincorazón, criaturas de la oscuridad.
Hikari: Lo se, lo se, ya los he visto antes, aunque no de ese tipo.
Dex: Es la primera vez que los veo por aquí, por este mundo.
Dex se giró hacia la mochila y guardó el bate y el termo de nuevo en su interior.
Hikari: No mola
Dex: No, claro que no mola, son peligrosos y atacan a la gente. Si tan solo hubiera alguien que se encargara de exterminarlos…
Hikari: ¿Continuamos el paseo?
Dex: No es seguro estar ahora por las calles, a saber si hay más.
Suspiré, no me apetecía en absoluto quedarme encerrada en casa.
Hikari: ¿Entonces qué?
Dex: Tengo pelis o mas videojuegos en casa si quieres. Podemos alquilarnos unas pizzas y…
Hikari: pero yo no quiero quedarme en casa todo el día.
Dex: No me apetece que estés expuesta a cosas peligrosas como los bichos esos. Además, hace frío y seguro que te constipas si seguimos aquí fuera.
Hikari: No eres mi madre Dexito.
Dex: Seria desagradable que tu madre intentara ligar contigo ¿Eh?
Hikari: Imbécil.
Dex: Todo lo que tu quieras, pero vámonos a casa que no tengo pañuelitos por si se te cae el moquete.
Hikari: Llegas a ser sobre protector, ericito. Ya llevo la bufanda, que no estamos a diez bajo cero, y con el termo puedo dar unos golpes muy contundentes por si vuelven a aparecer.
Dex arqueó la ceja con aire de desaprobación.
Dex: Definitivamente nos vamos a casa.
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