El camino por recorrer
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Capítulo 8

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Mensaje  Hikari Miér Sep 09, 2009 3:12 pm

Capítulo 8
Carbón de hulla…




Hikari: Pa… ¿¡Pastel de pescado!?
La luz del sol entraba débilmente a través de las cortines y la contraventana. Uf…Solo era un sueño…
Volvía a acurrucarme entre las sabanas sin ánimos para levantarme de la cama hasta que una estridente voz de pronto comenzó a cantar en el jardín situado bajo mi ventana.
Zexion: Paaaaaaaaaaajaritos alrededor….Los ciervitos son un primor...Y la nieve muy blanca es en mi hermoso pinaaaaar…Hoooy es otro buen domingo en mi verde dulce hog…
Xaldin: ¡eh zexion! ¡Deja de aspirar helio y cantar cancioncitas a estas horas de la mañana!
Miré el reloj, eran las doce menos cuarto.
Me incorporé y tantee en la penumbra en busca del cierre de la contraventana. Al abrirla chirrió un poco y un fuerte torrente de luz me impactó directamente en los ojos e inundó la habitación. El sol se alzaba ya bien arriba en el cielo. Miré hacia abajo en el momento preciso para ver como Zexion era golpeado en la cabeza por lo que parecía una botella de cerveza. Si, otro nuevo día empezaba con la normalidad habitual. Los borrachines la noche anterior yacerían repartidos por doquier…uhm…Antes de salir de la habitación me aseguré de llevar conmigo un rotulador indeleble para hacerle alguna putadilla a alguien.
En medio de las escaleras encontré a Vexen…Si, pero estaba en calzoncillos y abrazado a una botella de JB…La duda ahora era lo que había sucedido en el lapso de tiempo transcurrido desde que me encerré en mi habitación hasta esta mañana… ¿Qué clase de diabólica y perturbada escena me encontraría al llegar a la cocina? Nada más y nada menos que los cuerpos de unos cuantos incorpóreos esparcidos por el suelo, durmiendo a pierna suelta y con aspecto bastante desaliñado.
Xigbar esta ahí, tiradito cual bebé abrazado a la pierna de Demyx, el cual era la víctima perfecta para la temible tinta de mi rotulador, pero mientras que estaba trabajando Xigbar comenzó a rodar por suelo cual croqueta hasta encontrarse con otra pierna, la mía, y agarrarse a ella, mierda.
Tras pegarle una patada en la cara, sin que este se inmutara siquiera, marché hacia la cocina.
La primera persona que vi en condiciones decentes fue a Saïx, desayunado tranquilamente una café y un par de tostadas con mantequilla mientras que leía el periódico en pijama.
Hikari: buenos días por la mañana.
Saïx respondió a esto con una especie de gruñido. Adoro las buenas vibraciones desde por la mañana.
Dado que saïx ya había dejado la tostadora sobre la encimera de la cocina decidí desayunar tostadas. Justo cuando iba a sacar una rebanada entró Naminé bostezando por la puerta de la cocina.
Naminé: Buenos días
Hikari: ¿Eh?
Naminé: Más bien buenas tardes
Hikari: ¿Conseguiste sortear a los borrachines?
Naminé: Xigbar se me agarro a la pierna en sueños… Pero si.
Hikari: Uhm, interesante
Naminé: ¿El que?
Hikari: Contigo ya van tres personas
Saïx: Cuatro…
Saïx dijo esto antes de pegarle un buen un sorbo a su café.
Hikari: Em…Cuatro personas a las que Xigbar se le agarra a la pierna… ¿Será fetichista?
Naminé: Esto es un caso para…chan chan chan chan…Expediente X
Ambas empezamos a reír. Entonces un sombrero de copa de color negro fue rodando por el suelo de cocina hasta llegas a una de las neveras. Una mano salió de el, abrió la puerta, cogió unas cuantas cosas y se desvaneció de nuevo en el interior del sombrero. Acto seguido se este se dio media vuelta y volvió rodando por donde había venido.
Hikari: Eh…Nami…
Naminé: tranquila, es Xeris
Hikari: ¿Xeris?
Naminé: Si hombre, la mujer de ojos verdes y pelo negro que está loca y…
Hikari: ¡Ah, Xeris!
Ya ni me acordaba de ella, ni siquiera la vi en todos los días que llevo aquí.
Hikari: ¿Ella vive también en el castillo?
Naminé: a veces
Hikari: ¿A veces?
Naminé: Si, generalmente está en Villa Crepúsculo, al igual que Thessla.
Hikari: ¿Se puede hacer eso? Quiero decir… ¿Vivir en otro lugar que no sea aquí?
Naminé: Si, siempre y cuando estés disponible cuando se te necesita.
Hikari: uhm... Guay
Xaldin: ¿El qué es guay?
Xaldin apareció por la puerta de la cocina con una cara terrible.
Hikari: Tú cara para Halloween
Xaldin: shhh, no grites =_=
Hikari: Hay borrachín, borrachín… ¿Recuerdas algo de lo que hiciste anoche?
Xaldin: oh, si, estuve en el club de caballeros conversando sobre los temas más relevantes de la actualidad y… ¿Qué? ¿Por qué me miráis así?
Naminé: Por nada Xaldin, por nada.
Ya sentada en la mesa noté como algo se me agarraba a la pierna y miré bajo la mesa. Xigbar iba arrastrándose por el suelo con peor aspecto que Xaldin.
Xigbar: A-Agua…Me muero =_=
Naminé: madre mía…Este debió de pegarse ayer una…
Xigbar entonces se agarró a la pierna de Saïx. Entonces Saïx cogió una jarra de agua con hielo situada frente él y la vació sobre la cara de Xigbar sin contemplaciones.
Zexion: El sol ya sale para darnos luz, y ojala que hoy no halla alud…
Zexion entró como un zombi en la cocina, con ojeras y una brecha sangrante en la cabeza.
Zexion: los días así son los que hay que celeb…
Xaldin siguió el ejemplo de Saïx y le echó el vaso de agua que estaba bebiendo a la cara.
Hikari: los vecinos te saludan al pasar…
Xaldin: ¡Ah, no! ¡Ni siguiera se te ocurra!
Xaldin ya tenía el brazo en alto con el cuchillo de cortar pan al final. Cerré la boca y me encogí en el sitio…Es el terrible poder de las amenazas con objetos punzantes, nadie puede resistirse…
Saïx: ¿Acaso los jóvenes de hoy en día no ven una programación televisiva mejor? ¬X¬
Hikari: Si te dieran a elegir entre programas como “el tomate” o south park ¿que preferirías?
Saïx dudó durante unos instantes debatiendo en su fuero interno cual de los dos tipos de programas eran más adecuados para la juventud actual dado que ambos eran altamente destructivos y perturbadores…
Saïx: South park es divino…
Hikari: ¿Lo ves?
Xaldin: eso no implica que tu y el pequeño desecho humano de pelo azul
Saïx arqueó levemente la ceja lanzándole una mirada de odio a Xaldin.
Xaldin: Me refiero al emo…Pero si te das por aludid…
Saïx: Continua la frase y te meto rastafari ¬X¬
Xaldin ya iba a hacer algún movimiento ofensivo cuando naminé intervino.
Naminé: Que Hika y Zexion…
Xaldin apartó la vista de Saïx y volvió a mirarnos para retomar la frase.
Xaldin: …os dediquéis a cantar las molestas y pegadizas canciones de la película…Porque no me gustaría tener que cometer asesinato en primer grado…
Hikari: señor, si señor.
Era la mejor respuesta que se me ocurrió dada la actitud amenazante del rastas greñoso que aún conservaba el afilado cuchillo en la mano…
Xigbar: ¿Insinúas pues que queda terminantemente prohibido a partir de ahora contar molestas canciones pegadizas de series y películas obscenas en este castillo, número tres?
Xigbar parecía haberse reanimado tras la jarra de agua fía.
Xaldin arqueó la ceja. Cierto, según la jerarquía a de este sitio Xigbar es el número “Dos” mientras que xaldin es el “Tres”, por lo cual, técnicamente, Xigbar tiene autoridad sobre Xaldin….uhm….interesante…
Xaldin: Al menos no en mi santa presencia, número dos.
Xaldin le pinchó levemente la nariz a Xigbar con el cuchillo a modo de amenaza.
Xigbar: Oh, tío, vale, mensaje recibido ¬¬
Thessla: ¡Oh, aquí estás!
Hikari: ¿Eh?
Thessla se abalanzó sobre mí y se apartó del resto sin previo aviso. Ella, pese a ser posiblemente la que más había bebido, después de Xigbar, lucía su habitual aspecto radiante de todos los días.
Thessla: Tenemos que ir a Villa crepúsculo, tengo alguien a quién quiero presentarte.
Hikari: déjame desayunar Thess =_=
Thessla arrugó la nariz con enojo, pero luego cambió de expresión.
Thessla: oh, vale, pero date prisa ¿eh? Hoy nos lo vamos a pasar muy bien.
La forma en la que dijo esto no me gustó del todo, no obstante accedí a ir con ella.
Thessla dejó la sala tras darle un beso en la mejilla a marluxia, el cual acababa de entrar.
Hikari: no me lo explico… ¿Qué es lo que hace para…?
Marluxia: ¿Recuperarse tan pronto de una larga y alocada noche llena de risas y alcohol?
Hikari: em…si
Marluxia: oh ya sabes… Todo depende de lo que hagas por la noche, seguir el ejemplo de Thessla es bastante bueno, sobretodo teniendo al lado a un hombre como yo…
Hikari: No te sigo…
Creo saber por donde van los tiros pero…. ¬¬
Saïx: No le hagas caso tan solo es un marica pervertido ¬X¬
Marluxia. Nah… ¿sabes cual es el problema de Saïx? Que es un mal “follao”, por eso se levanta con ese humor de perrito faldero y tiene esa cara de chucho sarnoso, porque hace siglo que no se come un rosc…
Un platito para el café surcó el aire y se resquebrajó al impactar contra la frente de Marluxia. Me giré, saïx se había incorporado y tenía todavía el brazo estirado tras lanzar el proyectil. Tras esto se serenó y como si nada volvió a sentarse y a leer su periódico mientras que sorbía su café.
Saïx: mal “follao” tu padre ¬X¬
Xigbar: Uy, alguien va a tener que limpiar todo esto.
Marluxia estaba inconsciente en el suelo, con cara de idiota y una brecha sangrante en la frente…
Xigbar: ¿No ves que si le pegas más le vas a dejar más retrasado aún de lo que ya es?
Saïx: bah, tampoco es que la humanidad pierda mucho por ello ¬X¬
Lentamente me escabullí de la cocina en dirección hacia las habitaciones.




Thessla se quejaba a menudo de mi concepto de la moda.
Thessla: Venga hombre, estás en la flor de la vida, lo que tienes que hacer ahora es ponerte una minifalda y un buen escotazo y liarte con todos los tíos que puedas, exprimirles a cada uno hasta la última gota y luego, a por otro…
Hikari: no creo que ese sea un buen ejemplo a seguir querida ¬¬
Thessla: posiblemente pero… ¡Hey! ¿Quién de las dos está forrada?
Thessla me miró llena de soberbia.
Hikari: ¿tu?
Thessla: Correcto
Hikari: ¿Y toda tu fortuna se debe a eso?
Thessla: No, también estoy metida en el tráfico de armas, ya te lo dije.
Hikari: am…
Tengo una hermana delincuente y prostituta T _T…
Thessla: es aquí.
Thessla se paró una casa con aspecto antiguo. Parecía estar apunto de caerse en cualquier momento. Según por lo que había ido contando por el camino esta era su casa…
Hikari: me tomas el pelo
¿Tanta pasta para tener esta mierda de caserón en una zona dejada de la mano de dios? Rubia pretenciosa ¬¬…
Thessla: las apariencias engañan querida.
Acto seguido abrió la puerta. Era impresionante, una casa enorme y perfectamente decorada.
Thessla: tuve que hacer una gran reforma, lo cambié todo menos la fachada para que no llamara la atención. ¿Te gusta?
No pude responder. Borro lo que dije antes… Era increíble. La primera planta se componía de una inmensa sala cuadrada que ocupaba casi su totalidad que hacía las veces de recibidor y salón con un enorme sofá y una pantalla de plasma. Al fondo había una cocina, un aseo y un despacho atestado de trastos. En la planta superior, a la cual se accedía desde una escalera situad a la izquierda, había cinco dormitorios y dos baños.
Thessla: Y lo que voy a mostrarte ahora es muy, muy, muy, pero que muy importante que mantengas en secreto su ubicación.
Hikari: ¿Qué es?
Thessla: Ya lo verás.
Thessla se aproximó a un escritorio que había al fondo de la primera planta cerca de la escalera, entonces sacó el primer cajón y metió la mano hasta que sonó un “clic”
Acto seguido se abrió una trampilla a escasos centímetros de mis pies.
Thessla: sígueme.
La trampilla llevaba a un pasadizo bajo tierra tenuemente iluminado con lucecitas rojas. Llegamos hasta una cámara acorazada junto a la cual había un ordenador en el que thessla introdujo un código de siete dígitos. Acto seguido la cámara se abrió, dejando ver un inmenso arsenal de armamento.
Hikari: ¡Hay la os…!
Thessla: Mola ¿eh?
Hikari. Dios, ¿pero que haces con todo esto?
Thessla: Las vendo
Hikari: ¿A quien?
Thessla: A las personas que quiero que conozcas
Hikari: ¿mafiosos? ¿Terroristas? O_o
Thessla: ya lo verás
Entonces sonó el timbre y thessla salió escopetada hacia la entrada llevándome a mí consigo. Cerró la trampilla y abrió la puerta.
Thessla: Oh, mis chicos favoritos.
Al otro lado de la puerta estaban un hombre pelirrojo con una enorme coletilla y ojos azulados junto a otro hombre calvo que era un armario dos por dos.
Thessla: Reno, Don limp…
El hombre calvo arrugó la nariz.
Thessla: ejem…Rude, esta es mi hermana, Hika.
Saludé levemente con la mano. Reno me miró con indiferencia arqueando las cejas y Rude llevaba unas gafas oscuras por lo cual no pude mirarle a los ojos pero la expresión de su rostro no varió.
Rude: Un placer
Reno: No sabía que tuvieras hermana, Thess.
Thessla: Ya lo sabes. Y quiero que si algún día me fuera cuidarais de ella como cuidáis de mí.
Reno: ¿Con los extras que tenemos en nuestro contrato?
Thessla: no, sin ellos Renito ¬¬
Thess entonces cogió un bolso que había dejado en el sofá de la sala de estar.
Thessla: Bueno, nosotros nos vamos…
Tras esto abrió el bolso y de el sacó un colorido juego de llaves.
Thessla: te dejo la casa. Puedes venir a ella cuando quieras, pero ten en cuenta que es de uso compartido ¿eh? Ciao
Y se fue, se fueron, y me dejaron sola…Cabrones ¬¬
¿Me trae aquí y ahora me deja sola? Me siento abandonada…
No obstante no hay mal que por bien no venga y esta parecía la oportunidad idónea para explorar la cuidad por mi cuenta. Siempre que había venido aquí había estado en compañía de alguien y me tuve que amoldar a sus preferencias…
Ni corta ni perezosa cogí el juego de llaves y salí a la calle. Recordaba haber visto una cafetería bastante acogedora de camino hacia aquí. En efecto, nada más doblar la esquina la vi en la calle de enfrente.
El local estaba decorado al estilo de los 80. Los enormes ventiladores movían sus aspas lentamente, “My sharona” sonaba de fondo mientras que me sentaba en la tercera mesa pegada a la pared, al lado de la ventana.
Me distraje unos instantes mirando al exterior. La gente pasaba por la concurrida calle con cierta prisa, varios adolescentes parloteaban en la parada del autobús, una madre tiraba de su hija, la cual tiraba a su vez de uno de esos perros chiquitajos, un “Yorsay”, también demonizados “perro patada”…
Camarera: ¿Qué vas a tomar cielo?
Era una chica de rasgos suramericanos que tendría poco más de dieciocho años. Llevaba puesto el cutre uniforme de camarera del local. Mascaba chicle ruidosamente mientras que su larga melena de color oscuro iba recogida en una coleta alta. Miré de reojo algunas fotografías de postres que tenían en el “menú” mientras que s eme hacía la boca agua.
Hikari: ¿Podría ser un chocolate caliente con una palmerita de chocolate, por favor?
Camarera: ¡Marchando!
Posiblemente muera empachada de tanto dulce…
Entonces sentí que me observaban…es…esa típica sensación incómoda que no te deja ni rascarte la oreja a gusto.
Eché un vistazo fugaz al local medio vacío. No había casi nadie, casi nadie a excepción de un joven sentado en una apartada esquina del local. Lleva puesta una gabardina negra que le llegaba por los tobillos y había dejado un elegante sombrero de copa sobre la mesa. Tenía el pelo de punta, negro como el carbón de hulla y la piel extremadamente pálida, como si nunca hubiera salido de aquella oscura esquina. No pude verle los ojos ya que llevaba unas gafas oscuras que los ocultaban pero sabía que era él el que me estaba observando porque cuando le miré este me sonrió ampliamente. Me dio grimilla de modo que me giré hacia la comida que acababan de dejar sobre mi mesa. Lentamente la taza y la palmerita se fueron consumiendo al mismo ritmo con el que caía la lluvia por la calle….Mierda…No llevo paraguas…Pedí la cuenta con una seña mientras que rebuscaba por los bolsillos un par de platines…2’50 creo que me dijo….
¿?: No te he visto antes por aquí.
Era una voz suave y dulce, casi empalagosa…Aunque eso no evitó que me girara de golpe sobresaltada.
Ahí estaba, el chico de pelo negro y gafas oscuras con un aire seductor en su sonrisa.
Hikari: ¿Y?
Le envié una mirada envenenada en un intento de que regresara a su sitio.
¿?: Oh, no, nada…Solo que por esta zona nunca viene mucha gente y…
El cruzó sus brazos tras la cabeza. Arqueé levemente la ceja con cierta indiferencia.
¿?: ¿Qué? Es un intento desesperado de iniciar una conversación.
Me tendió la mano.
Dex: Me llamo Dex.
¿Dex? ¿Qué clase de nombre es Dex? ¬¬
Hikari: Un placer.
Dex: Lo mismo digo.
La camarera entonces volvió y yo le di el importe exacto.
Dex: Ammmm…
Me incorporé y pasé olímpicamente del chico.
Dex: No he oído tu nombre.
Hikari: No lo he dicho.
Y mas chula que un ocho salí por la puerta con destino la torrencial lluvia de la calle.









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