Capítulo 2

Capítulo 2
El amanecer del caos



Axel se nos acerca lentamente como si con cada paso fuera marcando nuestra sentencia.
Axel: Bien, la primera parte del examen será superar un combate cuerpo a cuerpo, por y para salvar vuestras vidas, los supervivientes podrán pasar a la segunda prueba.
Una de las chicas más pijas y repelentes de mi clase, llamada Erica, preguntó con su habitual tono infantil algo de lo que pronto se arrepentiría:
Erica: ¿Qué ha querido decir exactamente con supervivientes?
No se por que pero instintivamente ya sabía lo que iba a pasar a continuación.
Axel se encaminó hacia ella y la miró a los ojos intensamente con una mirada asesina capaz de estremecer al más valiente.
Axel: Verás, no se que nivel de vocabulario tienes, superviviente significa persona que sobrevive a un determinado suceso, el suceso aquí es el enfrentamiento cuerpo a cuerpo y algunos de vosotros los supuestos supervivientes.
Erica: Pero…
Axel la miró fríamente. Erica cerró la boca.
Axel barrió con su mirada a nuestro grupo para asegurarse de que no había ninguna duda.
Axel: Bien si no hay más preguntas estúpidas...
Axel alzó los brazos hacia el cielo.
De repente una especie de shurikens aparecieron en sus manos.
Un círculo de fuego nos rodeaba y nos impedía la salida. Los extraños seres de mis sueños comenzaron ha salir del suelo.
Axel: Que comiencen los enfrentamientos
Me estremecí. No sabía como luchar contra estos seres y estaba claro que sólo había una forma de averiguarlo así que desenfundé mi espada y armándome de valor me lancé contra uno de esos bichos, el cual con una increíble agilidad esquivó mi ataque. Me quedé pasmada.
¿?: ¡Cuidado!
Me di la vuelta, uno estaba apunto de abalanzarse sobre mí, pero de repente Cristian le pego una patada a esa cosa alejándolo de mi
Cristian: ¿Estas bien?
Hikari. Gracias tío
Cristian: No te descuides, esto no es como nada que hayamos visto antes.
Dicho esto arremetió contra un grupo de esas criaturas y le perdí de vista. Miré a mi alrededor y vi que a poco metro de mi PG tenía problemas. A partir de ese momento nos defendimos espalda contra espalda de los seres blancos.
Los segundos se hacían interminables. Tenía lágrimas en los ojos. La sangre de mucha gente bañaba ahora el suelo del anfiteatro. Personas con las que he compartido penas y alegrías, deseos e ilusiones, esperanzas y sueños, personas que yacen muertas ante mis ojos sin que pueda evitarlo. Cristian tenía razón, esto no es como nada que hayamos visto antes…
Poco a poco las extrañas criaturas disminuyen en número hasta que no queda ni una.
Entonces ante nosotros aparece una enorme puerta. El círculo de llamas va cerrándose obligándonos a pasar por la puerta para evitar morir abrasados. Al atravesar la puerta aparecemos en una especie de ciudad…