Capítulo 5

Capítulo 5
El hotel, el niño y una rubia muy legal



Hemos vuelto a la ciudad de Cid pero esta vez Axel nos lleva a otra parte de la ciudad.
Entramos en un hotel. Al parecer Axel decide que pasemos allí la noche. La verdad no es mala idea, todos estamos muy cansados…
Lo gracioso de todo esto es que la habitación que nos dieron en el hotel era mas bien un piso. Tenía dos aseos una especie de recibidor y una habitación con una única cama. Tanto el recibidor como el dormitorio estaban comunicados con el pasillo del hotel.
Comenzamos a rifarnos para quien iba a ser la cama cuando Axel se metió por medio.
Axel: ¿Qué hacéis perdiendo el tiempo? ¿Es que no está claro que esa cama es para mi?
Todos nos quedamos en silencio.
PG: Y a nosotros que nos zurzan ¿no?
Axel: Mayormente
Héctor: serás…
Axel: Seré misericordioso por una vez.
Axel chascó los dedos y al lado de nosotros aparecieron unas almohadas y unas mantas.
Héctor ya iba a abrir la boca para quejarse cuando Axel se encerró en su habitación son ni siquiera soltar un cortés “¡Que durmáis bien!” o “¡hasta mañana!”… ¡Será cutre!
Las primeras en utilizar el único aseo de la habitación fuimos las chicas aunque lo cierto es que todas en el baño estábamos algo apretadas…
Después de que todas estuviéramos listas salimos y dejamos entrar a los chicos los cuales llevaban un buen rato esperando para hacer sus necesidades.
Al cabo de no mucho tiempo salieron los chicos del baño y apagamos las luces rápidamente puesto que todos estábamos rotos.
Digamos que dormir en el suelo sobre una alfombra no era muy confortable, pero menos dan las piedras así que…Poco a poco los susurros dejaron de oírse hasta que toda la gente de la habitación se quedó dormida.
Me desperté de golpe, sobresaltada. Tengo miedo. No quiero volver a soñar nunca más.
Esta noche el sueño ha sido diferente. Vuelvo a aparecer en aquellas tierras extrañas…
Todo el mundo grita y en medio del caos comienzo a hacer lo que nunca he hecho. Ando por la ciudad hacia el castillo. Veo a un grupo de encapuchados. Están todos en fila, entre ellos hay uno que destaca por su estatura. Le observo atentamente… Una de dos… O es enano o es un crío. Entonces se quitó la capucha y me devolvió la mirada. Contemplé horrorizada su melena encrespada y pelirroja, sus ojos de verde esmeralda y unas pintadas lilas bajo estos. No hay duda, se trata de Axel. Aparenta 7 años. Uno de los encapuchados le grita algo y Axel le mira con ojos asustados. Enseguida se pone la capucha. Me acerqué a el con cautela mientras que un hombre les daba instrucciones.
Hikari: ¿Axel?
Intenté tocarlo pero mi mano lo atravesó al igual que si fuera un fantasma. Los encapuchados se pusieron firmes y salieron en todas direcciones. Seguí al pelirrojo y vi como mataba a un par de personas. Comprendo por que nos manda ejercicios tan duros pues son los únicos que conoce… El ha pasado por algo mucho peor. El, sólo con 7 años ya era un asesino….
Me despierto. Son la una de la madrugada. Me remuevo en la cama, no puedo quitar de mi mente aquella imagen de Axel…Tan pequeñito… ¡que mono que era!
No obstante estoy intranquila. Axel forma parte de lo que quiera que sea esa historia de mis sueños. De alguna forma siento que está estrechamente conectado a mí. Es raro pero en cierto modo me molesta que él aparezca siempre en medio. Admito que me inquieta bastante todo esto…
Poco a poco fueron pasando las horas hasta llegar las tres de la mañana y continúo sin poder dormir. Tengo los ojos abiertos como platos, intentando ver algo en la oscuridad. Parezco un búho.
Decido vestirme y salir a dar una vuelta. Aquí no hago nada, el aburrimiento y el insomnio me consumen. Salgo de la habitación en la que todos estamos alojados a lo japonés, todos apelotonados sobre el suelo. Cuando llego al pasillo me escondí tras una columna.
Encontré a Axel hablando con una chica rubia. Ambos llevan las mismas gabardinas.
¿?:… Entonces crees que todos estarán listos.
Axel: a este paso dudo mucho que alguno de ellos sobreviva… ya sólo quedan 14
¿?: ¿Y esta chusma aspira a algo?
Axel: De todos modos sólo necesitábamos a uno, Larxene.
Larxene: Es injusto, yo me los quiero cargar a todos ¿Qué más da?
Axel: Eres cruel ¿sabes?
Larxene: ¿ya tienes a uno de esos inútiles seleccionados a vas a seguir con lo tradicional?
Axel: Que bonita forma de cambiar de tema…
Larxene: ¿A que si? Bueno, ¿vas a responderme hoy o mañana?
Axel suspiró.
Axel: Seguiré con lo tradicional.
Larxene: las viejas costumbres nunca mueren y cuanto más sádicas mejor.
Axel: ¿y tus chicos, Larxene? No me digas que están durmiendo a la intemperie en algún lugar frío y oscuro.
Larxene: Ah, pues….
De repente la puerta de una de las otras habitaciones se abrió de golpe y salió un hombre Con una melena castaña que decía haber estado oyendo a alguien. La chica desapareció y Axel También.
“Mierda. Ahora que se ponía interesante...” grité para mis adentros. Salí zumbando hacia mi habitación y me metí en la cama como si tal cosa. Tardé un siglo en poder conciliar el sueño.
Uhm… Larxene... ¿Quién diantres era esa tía? Algo me decía que pronto sabría la repuesta….
Sobre las ocho oímos un timbrazo que nos despertó de golpe. Era Axel golpeando con el puño una caja de galletas bacía.
Axel: Arriba, es hora de levantarse. Hoy volveréis a las tiendas.